De nuevo maravillándome...
No sé si soy capaz de explicar en condiciones los siguientes procedimientos, lo que sí sé es que después de la clase de hoy, 1º: tendré más cuidado en calificar de "pintura al fresco" cualquier cosa que esté pintada en un muro, y 2ª: no TODO lo que vi de Giotto en Italia es pintura al fresco!!! Será, entonces, pintura al fresco lo que vi en la Capilla Brancacci de Florencia y que me dejó patidifusa???
La pintura al fresco en sí se caracteriza, como su propio nombre indica, por la "frescura" del muro en el momento de pintar. El muro habrá sido preparado previamente con una capa relativamente gruesa de cal y arena, y se deberá pintar sobre ella cuando todavía esté húmeda.
Cualquier otro procedimiento también es posible sobre un muro, incluyendo la pintura al óleo, pero siempre y cuando el muro esté seco y con algún material aglutinante. La pintura al óleo no lo necesita.
Se han dado algunos casos en los que, tras haber analizado en profundidad algunos de los supuestos frescos más famosos de la historia, se ha podido comprobar que, al menos una parte de ellos, fue realizada con alguna pintura al óleo, o al temple de huevo, lo que hace que en el fondo no se pueda hablar de "fresco" al 100%. Este dato sigue generando cierta controversia, ya que no es interés de algunos países, muy orgullosos de sus "frescos", el verse obligados a reconocer su error. Por eso, de una manera muy genérica, se decide hablar más bien de "pinturas al muro" que de "pinturas al fresco".
En nuestra práctica de hoy, hemos realizado entre todos una pequeña pintura al fresco, de la manera auténtica. Primero se prepara el mortero con tierra, cal y agua. La pasta resultante se aplica en nuestro pequeño muro experimental, procurando que quede uniforme y lisa. Una vez lista, y con un pincel mojado en agua, se aplican los pigmentos al gusto.
No es necesario decir que las grandes pinturas al fresco que conocemos, ahora que entiendo un poco en qué consiste de verdad la técnica, merecen mucha más admiración por mi parte. Quizás si se compara un fresco con una pintura al óleo nos pueda parecer bastante más básico y limitado. Pero comparar una cosa con la otra está totalmente fuera de lugar, ya que sería como comparar huevos con castañas.
Además de la complejidad del procedimiento, me parece admirable el trabajo de grandes artistas del pasado que dejaron grandes murales y techos perfectamente decorados con pinturas al fresco, debido también a los procesos de secado que necesita esta técnica y que, por lo tanto, hace un poquito más complicado todavía toda la pintura.
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