En la clase de hoy hemos tenido la visita de Carme Riu Martín, profesora de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios de la Ciudad de Barcelona.
Ha realizado demostraciones de varios procedimientos distintos en el trabajo del barro: la técnica del churro, la técnica de la bola, la técnica del torno, y la técnica de las planchas, que sería el inicio de la siguiente práctica que vamos a realizar en clase.
Esta última técnica sería la que utilizaríamos para sacar las piezas de barro, en forma cuadriculada, que vamos a utilizar para hacer unas baldosas decoradas. No se trata más que de ejercer presión sobre el barro con un rodillo, por encima de unas tablas de madera que son las que mantienen el grosor de las piezas. De todas maneras, las baldosas que vamos a utilizar para hoy, ya vienen cortadas y secas.
La verdad es que me ha maravillado por completo la gran cantidad de técnicas decorativas que existen para la cerámica. Desde la engalba, que consiste en aplicar "tierra sobre tierra" de diferentes colores, cuando la pieza está todavía húmeda, hasta el esgrafiado, sobre el barro seco (pero no cocido), que consiste en rascar la capa superficial de un color, para hacer que salga a la superficie el color que hay debajo; pasando por distintas variaciones y matices, dependiendo de si la pieza está húmeda, seca o cocida...
Esta pieza que yo he hecho, ha sido decorada con el procedimiento de "bajo cubierta", que consiste en aplicar los colorantes (que no pigmentos) directamente sobre un dibujo previamente hecho en la pieza. Estos pigmentos tienen que trabajarse de manera muy líquida, porque el barro es muy absorbente y de otra forma apenas podríamos desplazar el pincel. Hay que tener en cuenta que las capas han de ser bastante finas, ya que sólo el pigmento que está en contacto directo con el barro es el que se adhiere por completo, ya que al cocerlo se cristaliza.
Una vez hecho el dibujo, se cuece. Después se pasa una capa de barniz, que es de color totalmente blanco, y se vuelve a cocer. El resultado final es de colores un poco más vivos de lo que podía parecer al momento de pintar, y el barniz le da un acabado brillante precioso!
Decorar una baldosa como esta, relativamente pequeña, y con un dibujo relativamente sencillo, puede parecer poco meritorio. Pero es muy interesante descubrir cómo se comporta la pintura en este caso, y la dificultad que eso entraña a la hora de obtener un resultado concreto. Al tratarse de un material tan absorbente, es fácil quedarse sin pintura a mitad de trazo, y esos trazos de más son perfectamente visibles en el resultado final
Ni qué decir tiene, una vez más, que si yo estoy súper orgullosa de mi baldosa, cómo entiendo el trabajo y el "arte" de todos aquellos que han hecho de esta "arte aplicada", un ARTE con mayúsculas!
Decorar una baldosa como esta, relativamente pequeña, y con un dibujo relativamente sencillo, puede parecer poco meritorio. Pero es muy interesante descubrir cómo se comporta la pintura en este caso, y la dificultad que eso entraña a la hora de obtener un resultado concreto. Al tratarse de un material tan absorbente, es fácil quedarse sin pintura a mitad de trazo, y esos trazos de más son perfectamente visibles en el resultado final
Ni qué decir tiene, una vez más, que si yo estoy súper orgullosa de mi baldosa, cómo entiendo el trabajo y el "arte" de todos aquellos que han hecho de esta "arte aplicada", un ARTE con mayúsculas!
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