ACRÍLICO


La pintura acrílica (y en realidad muchos otros procedimientos distintos que estamos viendo) es toda una sorpresa para mí. Cierto es que me ha interesado siempre el arte, y cierto es que era consciente de los distintos materiales que se pueden emplear para realizar un pintura, pero también es cierto que no hubiera pensado que se pudieran dar grandes diferencias entre una pintura acrílica y un óleo, en cuanto a la preparación y, sobre todo, en cuanto al resultado final.

Hoy hemos hecho la práctica con pintura acrílica, que tiene una preparación bastante sencilla: después de poner un poco de pigmento en un plato de plástico, se añade agua, y una vez bien mezclado, se añade una cucharada de látex. Es fácil que se generen grumos, así que hay que mezclar bastante bien.






La característica que presenta este procedimiento es, entre otras cosas, que los colores pierden intensidad al ser mezclados con el látex, y la recuperan una vez se ha secado la pintura en el papel. El resultado final, si no se controla bien este detalle, es bastante incierto. Además, hay que tener cuidado a la hora de pasarse con la cantidad de pintura, ya que seca muy rápidamente y queda con un aspecto muy parecido al plástico. Esta velocidad al secarse hace que sea muy complicado mezclar colores una vez en el papel.

Esta práctica ha sido a 4 "manos" y, por lo tanto, un poco anárquica. Me voy dando cuenta de lo importante que es tener las ideas claras antes de empezar a trabajar, y no me refiero solo al dibujo previo a carboncillo, sino a la planificación inteligente en general.

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