Antes de empezar a hablar sobre la clase de hoy, tengo que decir que nunca antes me había planteado qué consideramos o dejamos de considerar un “dibujo”, y es que resulta, que dependiendo de la cultura o sociedad a la que pertenezcas, hablar de un dibujo no siempre es hablar de lo mismo.
Qué
podemos considerar un dibujo? Esa es la pregunta con que la profesora de esta
asignatura empezó la clase de hoy, y aunque parece una pregunta fácil, la
verdad es que no lo es.
Sin ir más lejos, en la cultura del extremo oriente, la imagen mostrada, sería un dibujo en toda regla, y aunque yo tampoco es que lo considere precisamente una pintura, reconozco que jamás hubiera dicho “qué bonito dibujo!”.
Según parece, en occidente se tiende a considerar "dibujo" aquello que está hecho "en seco", y "pintura", a lo que está hecho con algún otro procedimiento más líquido.
Toda una sorpresa, admito, la cantidad de materiales distintos con los que se cuenta para realizar un dibujo:
Desde la piedra utilizada en las pinturas rupestres, hasta los actuales lápices de colores, utilizados a partir del s. XIX y realizados con tiza, pigmento, algún material endurecedor y cera de abejas (algunas veces), pasando por el estilete (parecido a un cuchillo), la tabula cerata, la punta metálica, el grafito, la sanguina, el carboncillo, etc...
Sin ir más lejos, en la cultura del extremo oriente, la imagen mostrada, sería un dibujo en toda regla, y aunque yo tampoco es que lo considere precisamente una pintura, reconozco que jamás hubiera dicho “qué bonito dibujo!”.
Según parece, en occidente se tiende a considerar "dibujo" aquello que está hecho "en seco", y "pintura", a lo que está hecho con algún otro procedimiento más líquido.
Toda una sorpresa, admito, la cantidad de materiales distintos con los que se cuenta para realizar un dibujo:
Desde la piedra utilizada en las pinturas rupestres, hasta los actuales lápices de colores, utilizados a partir del s. XIX y realizados con tiza, pigmento, algún material endurecedor y cera de abejas (algunas veces), pasando por el estilete (parecido a un cuchillo), la tabula cerata, la punta metálica, el grafito, la sanguina, el carboncillo, etc...
Y con la
intención de poder comprobar por nosotros mismos las diferencias entre estos
distintos materiales, y sus distintos comportamientos a la hora de ser
utilizados, la profesora nos invitó a seleccionar un par de estos instrumentos
para hacer una práctica ahí mismo.
Mi
elección fue el clásico carboncillo, y la novedosa (para mí) punta metálica. Y reconozco
mi sorpresa al comprobar lo POCO que casan estos dos “estilos”, y lo “complicado”
de aplicar la punta metálica con algo de gracia en un dibujo hecho a
carboncillo.
Aunque el
carboncillo tampoco lo había usado nunca, más o menos entendía su
funcionamiento: su elasticidad, su dureza, etc... Pero la punta metálica fue
toda una sorpresa por su imagen sedosa, su definición, su ligereza... El
resultado final no fue para nada satisfactorio, aunque sí me sirvió para
decidir que jamás volvería a usarlos los dos juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario